viernes, 13 de abril de 2012


Creo que podría dividir nuestro pasaje por la cuidad en dos momentos claramente definidos: el día y la noche.
Luego de muchas horas perdidos en la noche, buscando el hospedaje que habíamos reservado, conseguimos hacer el check-in a las 5.30 am. Del 8 de Abril.

EL DÍA:



La cuidad se viste en tonos de azul, beige y ladrillo, mostrándose muy ordenada
y en completo silencio. ¡Happy Eastern!


























Algunos contrastes llamaron mi atención


















































Vagamos por la cuidad y a medida que se ocultaba el sol nos alejábamos el centro. Los grandes edificios ahora desaparecían y le daban lugar a la naturaleza. Grandes árboles componían bosques enteros, a su alrededor, pequeños barrios con casas enormes.


LA NOCHE:

























Me sentí como en la taberna de Moe. Cerveza y competencia de dardos (supe ganar en una ocasión), más alguna que otra conversación, hicieron de nuestra visita un momento al que uno no quiere olvidar. Entre la mesa y la barra... claramente la barra.

4 comentarios :

...