Creo haber visto uno de los tantos
posibles paraísos.
A la merced del clima, bajo constante
amenaza; en un lugar donde desde Marzo a Noviembre es temporada de
lluvias, no imagino el calor cuando las nubes dejan pasar al sol; en
donde te mojas y te secas varias veces al día... es por eso que me
gusta Tailandia.
Un lugar al cual no logré encontrarle
un solo punto débil, me hizo sentir muy cómodo y lamenté haber
abandonado. Un lugar que invita a quedarse, que se desborda de lo
exótico, que ofrece comodidades un tanto limitadas pero que te da a
cambio mucha naturaleza; un lugar donde el karma regula las cosas, en
donde la libertad se transforma, donde todos sonríen y viven a
velocidades de balneario; un lugar con gente cálida, curiosa,
desestructurada, atrevida, que no se guarda nada; muy sexual por la
noche, discreta durante el día; un lugar extremadamente tropical,
húmedo y caluroso, en donde mojarse no importa, en donde la
naturaleza es realmente quién domina y determina...
y enseña la forma de vivir.
Pinky está triste porque se tiene que
ir...pero volveremos.
Matiolo
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