domingo, 6 de mayo de 2012


Pasamos casi dos días en auto, fue más que una buena idea. De Las Vegas a Bishop, un pequeño pueblo en la montaña, el paisaje logró deslumbrarme.
Casi cinco horas divididas en dos tramos muy diferentes. El primero, desierto. No se lograba ver otra cosa que no fuera tierra amarilla y alguna vegetación del mismo color, reseca por el sol, acostumbrada a la carencia de agua. Por momentos asomaban grandes rocas que formaban montañas enteras, éstas si carecían totalmente de vida y nos separaban de centros militares que quedaban al descubierto solo en los mapas que traíamos con nosotros. El suelo cada vez más seco, más amarillo, por suerte teníamos nafta en el auto, y mucha agua.
El segundo tramo fue más progresivo. Doblamos a la izquierda, hacia el Oeste, y el paisaje comenzó a transformarse, ahora había un poco de verde, las rocas corrugadas y con vegetación.
La carretera comenzó a recortar montañas, aunque no estoy seguro de que cataloguen como tales; el camino era cada vez más angosto, curvas sinuosas y una gran cantidad de subidas y bajadas. Por momentos parecía una montaña rusa. A lo lejos se diferenciaban hasta siete capas de grises, uno por cada montaña, que debíamos cruzar. De oscuro a claro las montañas componían un horizonte que explotaba en el cielo generando un degradé que ascendía desde blanco puro a un celeste muy brillante, ni una sola nube.
Curvas cerradísimas impedían movernos con velocidad pero poco importó, aun teníamos varias horas de luz solar. De Nevada a California, del desierto al bosque, todo un primer día de paisaje infinito.
Subidas y bajadas nos mantenían divertidos mientra trataba de imaginar como lograría transmitir la inmensidad de lo que estábamos viendo.
Dos carriles para cada lado, luego uno, luego medio o uno mixto mejor dicho. Atravesamos una roca entera compartiendo carril con los que iban hacia el Este. De todas formas nos cruzamos con un solo auto en todo el camino.

Sin duda que ese día será de los que no se borrarán de mi cabeza, aun puedo visualizarlo. Comenzamos a subir, no demasiado en comparación con lo que vendría al día siguiente, bandadas de aves aparecían por delante, bien a lo alto, y desaparecían por detrás... estábamos cambiando de clima. La vegetación hacía rato ya que era verde, tupida. El aire era nuevo, puro, sin basura, fresco por la noche, que caía lentamente.
El estómago se revolvía al subir y bajar, se sentía la presión en los oídos que ya no sabían como reaccionar, y en la cabeza, que apretaba para luego aflojar. Y los ojos bien abiertos que estaban presenciando, a mi criterio, la ruta más pintoresca hasta el momento.

Finalmente se había tranquilizado, grandes rectas ya en la cima, estábamos entrando a Bishop, estereotipo de tierra de cazadores y pescadores de paso hacia un lugar aun más alto, lleno de naturaleza y mojado.
La carretera se hizo calle durante todo el largo del pueblo que ocupaba unas diez cuadras, exagerando un poco. Dormimos en la cuidad, que se acostó mucho antes que nosotros.
Descansamos.

Partimos nuevamente al mediodía, pasados de la hora del check out, disimulando como que nada extraño estaba ocurriendo, bien a lo uruguayo, era normal en nosotros llegar tarde a todos lados.
Tuvimos que cambiar el plan de recorrido varias veces. Tres para poder tener suerte en la cuarta.
Resulta que muchas carreteras se encontraban cerradas a causa de la nieve. Nuestra primera intención era cruzar el parque Yosemite de Este a Oeste a través de una pequeña carretera.
“Closed Road”.
Seguimos hasta la próxima opción...“Closed Road”.
Y seguimos... “Closed Road”.
Terminamos cruzando las montañas por la cuarta opción ya al norte del parque y así fue que estuvimos otro día entero arriba del auto.
Esta vez los paisajes eran muy distintos. Mucho verde, mucho. Sin duda que era tierra de granjeros.
Rutas abiertas, tránsito, no demasiado pero se sentía su presencia, zona de policías que vigilaban constantemente el tránsito.
A medida que avanzábamos comenzamos a subir y esta vez si que era alto. Recuerdo haber llegado a los 7000 pies.
El paisaje era magnífico, de cuando en cuando aparecían pequeños letreros con la inscripción: 
“Scenic View”.
Desde arriba se veían valles enormes, enterrados entre tantas montañas que desde arriba era la única forma de verlos, llenos de verde. Canales de agua en forma de rápidos nos acompañaban de a ratos contrastando con las grandes rocas que se presentaban del lado opuesto de la ruta. Las curvas comenzaron a cerrarse y de a poco se volvió en forma de zig zag con grandes pendientes.

¡Ahora si estábamos subiendo! Al principio, la nieve en lo más alto de las montañas formaban un paisaje hermoso, de esos que te hacen respirar profundo y te maravillan a cada segundo. Al final, nosotros eramos parte de ese paisaje. Las curvas algunas veces alcanzaban los 180 grados y nos hicieron subir tan alto que se lograba ver todo el paisaje desde arriba.

La noche comenzaba a caer, habíamos logrado cruzar las montañas y por algún motivo, nos encontramos perdidos. De a ratos el verde se comía a las calles y a nosotros con ella. Grandes árboles, algunos pinos quizás, ahora tenían nieve a sus pies.
Recuerdo especialmente un lago congelado de donde nacía una montaña.

Yosemite era nuestro destino y aun estábamos lejos. Queríamos parar, basta de auto, necesitábamos respirar del aire que habíamos tomado en lugar del de Las Vegas que claro está: era perfume manufacturado.

Comenzó a caer la noche y ahora lo importante era encontrar donde dormir lo más cerca posible del parque. Luego de cruzar montañas enteras nos fue necesario volver a ellas, resulta que hay pueblos independientes instalados en esas zonas y formaban parte de las mejores opciones que teníamos.
Cayó la noche y nosotros seguíamos navegando muchas de las curvas más cerradas que vi, en el medio de la nada, sin luces en el camino, nos movimos lentamente en busca de un motel.

Recuerdo parar en moteles tan solitarios y sin huéspedes, tan lejos de cualquier cosa y tan cerca de hacerte creer que si te quedabas no ibas a contar la historia, decidimos seguir

Fue así como llegamos a Mariposa, un pueblo que nos deja a unos pocos kilómetros del parque,
Más grande que Bishop pero no tanto.


No hay comentarios :

Publicar un comentario

...