Comencé a caminar buscando un lugar
realmente tranquilo, sin gente, sin música, solo agua y arena.
Me llevó unos minutos encontrarlo y
mucho menos que eso realizarme que ese no es el atractivo de la playa
por estos lugares.
Continué unos metros, hacia donde se
veía mucha gente reunida, quizás ahí esté la mágia.
Arena blanca, muy fina, tanto que es
muy simple despegarla de la piel. Vegetación del Pacífico varada en
pequeños grupos bajo el sol, formas y colores desconocidos cubren la
llegada del agua donde la arena es húmeda y fresca.
El viento nunca calma y se encuentra en
un constante juego con las gaviotas que se adueñan de todo lo que
quede más de cinco minutos sin vigilancia.
Volleyball, fútbol americano y
deportes extremos son leit motiv en la pequeña playa que se
manifiesta como un pequeño barrio muy muy preciado por la gente de
aquí.
De las playas más lindas que vi hasta
el momento aunque antes que playa es pueblo y eso hace la diferencia.
Noté en las zonas donde no se veían
personas, a lo largo de todo mi horizonte, en donde estuve
solo,pequeños huecos en la arena. Si tuviera que establecer mi
propia hipótesis, estaba usurpando el hogar de alguien que si
decidía anclar iba a mostrarme toda su hostilidad.
Gente muy saludable por todas partes,
el deporte pareciera ser un requisito para poder vivir aquí. Más
que con el deporte me quedo donde estoy sentado ahora, contra un muro
que separa el angosto hormigón de la arena que me sostiene y es muy
cómoda.
Del otro lado del camino que es solo
transitable fuera de una máquina, palmeras y fachadas muy
pintorescas conforman una rambla que asombra por su belleza, combinan
con el amarillo y azul de la playa y enamora con su tranquilidad.
Mission Beach, un pueblito amigable que
sin duda alguna tiene bien claro lo positivamente que influye su
naturaleza en la gente.
Aquí es todo muy calmo, incluso el
océano que desprende algunas olas para los surfistas cuando el sol
comienza a ocultarse, gente que pareciera sabe disfrutar del clima y
del contexto.
Es la primera vez que veo al Pacífico
tan tranquilo que contagia, sin niebla en el horizonte, con una
visibilidad infinita, limpia al igual que el aire.
Es bueno poder caminar hasta lograr
encontrarse absolutamente solo...
Esa cantidad de gente que veía a lo
lejos... tres, cuatro o cinco equipos de volleyball femenino
entrenando.
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