Osaka es muy diferente a lo que había
visto, claro es Japón, calles muy angostas, carteles que no se
entienden, mucha gente en las calles, bicis, cursos de agua,
autopistas, vías de tren. Aunque el plan era salir todos los días,
nosotros la recorrimos, caminar sin rumbo es la mejor forma de
conocer una ciudad. Apareció en el itinerario como un centro
estratégico, la capsula para dormir y de ahí muchos trenes para
visitar distintos puntos, cercanos y no tanto...el Shinkansen (tren
bala) acorta las distancias, se pueden hacer viajes a puntos remotos
por el día aunque termina siendo muy cansador.
De lo visitado destaco Hiroshima, muy
impresionante, didáctico, crudo por momentos...la bomba arraso la
ciudad entera, quedaron solo un par de edificios, uno de ellos fue
donde “cayo” la bomba, quedo en pie porque esta explota en el
aire, estaba justo abajo y “zafó” osea quedo destruido pero en
pie. Este era el icono del parque memorial. Un coro de niños
cantando, otros haciendo encuestas en ingles a los que merodeábamos,
indagando sobre como te sentías al respecto y como seguir después de una catástrofe de esa magnitud.
Fuimos a Ise, la meca de la religión japonesa, demasiado largo el viaje...conocimos el interior de Japón, era un pueblo muy chico, domingo, feria de comida, stick de espuma plast con pulpo...taba feo eso, todavía recuerdo el sabor y la textura de esa rareza, arcadas...yo soy exquisito para la comida pero Matiolo, Lucho, Maca, Tota...todos opinamos lo mismo, era asqueroso...lo mas rico de todo fue la coca que me tome pa bajarlos...
Los dioses que alaban los japones están
en la naturaleza, este lugar era un bosque en el que habían templos
de madera, presenciamos un ritual por decirle de alguna forma, “no
picture” eran las palabras del guardia...
Kyoto, después del primer día salir
con toda la generación, como 200, optamos por dejarlos ir, salir mas
tarde por la nuestra, la multitud no permite conocer, vas en un tren
en Japón y escuchas español...cualquiera...los templos cerraban
16:30, legamos tarde, eran lejos del centro, no sabíamos como ir,
optamos por caminar la ciudad y terminamos encontrando un templo, ahí
nos sentamos a tomar algo, apreciar y empezar a pensar en el viaje de
vuelta.
Pablito
Como debe ser!
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